Nacho Cases: “Cuando me gusta un jugador suelo ver sus partidos para aprender”

Nacho Cases (Gijón, Asturias, España, 22 de diciembre de 1987) se ha asentado en el medio del campo del Sporting de Gijón en uno de los momentos más duros del equipo en los últimos años. Cuando la soga llegaba al cuello de Preciado, un par de cambios en el dibujo y la incursión de un rookie de 23 años estabilizaron y luego le dieron la vuelta a la situación. Cases representante de esta nueva camada de jugadores con estudios siempre creyó en él y al final lo consiguió. Este año, con las bajas de Diego Castro y José Ángel, deberá asumir más responsabilidad. Mucha parte del juego del Sporting va a pasar por sus botas.

Entrevista publicada para la web Masliga.com (11 de agosto 2011)

Vamos a romper el tópico que los futbolistas no son muy inteligentes. ¿Qué estudias?

Magisterio y empresariales. Pero ahora jodido, con todo el tema este de jugar en el primer equipo… lo estoy disfrutando a muerte, pero lo de los estudios va a estar complicado.

Hombre, ya eres jugador de Primera División…

Ya pero siempre me ha gustado estar ahí­, ir a clase y eso. Magisterio acabo este año, esa la voy a acabar. Empresariales ya es otra cosa, son muchas asignaturas y voy poco a poco.

Vamos que si no jugaras a fútbol no tendrías problemas, ¿Qué te gustaría ser?

Ser profesor, me encanta.

¿Y entrenador?

También, pero entrenador de guajes (niños). Cuando sea mayor no voy a ser entrenador, yo de guajes y déjalo estar. Los chavales desde el primer dí­a de temporada que los coges hasta el último ves que han mejorado muchísimo. Eso es brutal.

¿Imagino que en casa hay gente de fútbol, no?

Mi padre jugó en el Camocha y en el Sidesa en 2ªB, son equipos de la zona. Y mi tío jugó hasta los juveniles en el Sporting. De parte de mi madre ninguno, solo mi abuelo jugó a futbol en categorí­as inferiores pero totalmente amateur. Eso sí­, gusta mucho el futbol en casa. Decí­an que mi padre era mejor que yo, de hecho, lo siguen diciendo.

¿Qué consejos te da?

Sobre todo que disfrute, que juegue como jugaba en el Codema, el primer equipo en el que estuve, y que disfrutase, que jugar en primera es una oportunidad y no mucha gente puede.

¿De qué jugaba?

Empezó jugando arriba, luego de medio centro y cuando ya no podí­a ni correr de libre. De libre era su mejor posición, se quedaba ahí­ en la galleta y para un lado y para el otro. Él era diestro, remataba muy bien de cabeza, yo no remato bien de cabeza. Somos totalmente diferentes (risas)

A ti también te llamaban el galleta al principio…

Sí, siempre. Decí­an que defensivamente no aportaba mucho, eso me dijeron muchos años y fui asimilando que así­ no iba a conseguir nada y tuve que mejorarlo. Y todaví­a sigo, porque no estoy al 100% bien en ese tema.

¿Cuándo empezaste a jugar a fútbol?

De pequeño, con Carlos (su amigo presente en la entrevista). Tendrí­amos 5-6 años cuando empezamos en el colegio los tí­picos partidos del recreo y el año siguiente ya empecé a jugar en el Codema.

¿Cuándo llegaste al Sporting?

En Benjamín con 8-9 años. Después del año de futbol sala que es de mini benjamí­n, el segundo año ya estaba en el Sporting.

Sin embargo, tuviste que dejar un año el Sporting…

Sí, en juveniles. Estuve lesionado en la cadera por el crecimiento en cadetes y el primer año en juveniles lo tení­a difí­cil porque habí­a estado un año parado y tuve que venirme a un equipo de aquí­ de Gijón. La verdad que subimos a liga nacional y aprendí­ muchas cosas.

¿Cuántos años has estado en el filial?

Cuatro y medio. Dos en tercera y dos y medio en segunda B.

¿Se llevan bien tantos años en el filial?

Sí, se llevan bien porque son gente que ha jugado conmigo toda la vida y son amigos.

¿Y qué pasa cuando sube uno de tu edad o más joven?

Siempre te queda el mal sabor de boca que algo no lo estás haciendo bien para estar ahí­, pero hay que seguir trabajando para aprovechar si te llega la ocasión. Porque si te vas dejando, al final no llegan las oportunidades y te vienes abajo.

¿Cuándo te diste cuenta que podí­as llegar?

Siempre he creído, estás ahí­ y siempre estás a un paso del Sporting y estás preparado, pero no te sé decir cuando me veí­a. Creo que nunca me vi arriba ni nunca me vi que no podí­a subir. Yo seguí­a trabajando y cuando me llamasen pues encantado.

¿En qué ha mejorado el Nacho Cases de ahora al del primer año en el filial?

Físicamente antes aguantaba peor lo partidos y defensivamente he mejorado.

Desde el primer partido ya cogista la responsabilidad para sacar los saques de esquina y luego llegaron las faltas, ¿Hacías lo mismo en el filial?

En el filial los sacaba Juan Muñiz, y si no estaba él los sacaba yo. Generalmente los saques de esquina y los penaltis a veces.

¿Qué entrenadores tuviste en el B?

Abelardo y Javier Vidales, el actual.

¿Cómo fue la llegada al primer equipo?

Me lo dicen un sábado, a las tres de la tarde en la charla de ir al partido. Y vi que Rivera no jugaba, y dices: ¿Qué pensará de esto, Rivera? Pero luego muy bien porque me apoyó en todo momento y la verdad es que le estoy muy agradecido tanto a él como a todo el vestuario. Pero miras a Rivera que jugó en el Madrid y dices:  “joder, Nacho estás aquí­, y Rivera no juega, aprovéchalo”.

¿Cuántos días habías entrenado?

Esa semana solamente.

 

Nacho Cases
Nacho Cases

¿El debut ante el Racing en Santander o ante el Hércules el Molinón?

El mejor fue ganar al Madrid en el Bernabéu (risas) Pero sí, el dí­a del Molinón por todos los amigos que estaban en la grada, por el gol y porque ganamos. La verdad es que fue soñado.

Durante tu etapa en el filial has tenido épocas de estar relegado a un segundo plano. ¿Cómo se aprende más? ¿Exigiéndose uno más viendo que no cuenta para el once o siendo siempre titular y de alguna manera acomodándose en el equipo?

Depende porque si eres siempre titular y sabes que siempre vas a jugar te dejas un poco ir y llega el partido y no eres el que eres. Y de la otra forma se aprende a que tienes que entrenar al 200% más que los demás, porque sino no vas a jugar y entonces eso te hace mejorar y el día del partido estar bien. Se aprende de las dos formas. La de no jugar es jodida porque evidentemente todo el mundo quiere jugar, pero la de ser titular siempre tienes que estar concentrado porque bajas la guardia y te quitan.

¿Es verdad que estabas más fuera que dentro el año pasado?

A mí nadie me dijo eso, porque vino Javi Vidales a hablar conmigo y me dijo que contaba conmigo. Y estuvimos hablando varias veces y me convenció para quedarme. Era ya el último año que podí­a estar en Mareo, porque luego por cosa de la edad no te puedes quedar más años pero bien. Me dije: “¡Voy a aprovechar, es el último año!” y Javi me dio toda la confianza del mundo y le estoy eternamente agradecido.

¿Te sientes ya jugador de primera?

Desde que se firmó el contrato.

Contrato que te llegó muy pronto…

Sí, me sorprendió. Pero ya me siento 100% del primer equipo. Pero al principio piensas que quizás tengas que bajar al B a echar una mano y aun te queda esa incertidumbre de no ser oficialmente de la primera plantilla. Pero vamos que hubiese echado encantando una mano y las que hiciesen falta y ojala pudiese echársela ahora.

¿Con qué jugador te compenetras más, en el campo y fuera?

Con Canella. Nos conocemos de muchos años. Sé cuándo me la va a dar y cuando no puede.

¿Qué jugador del primer equipo cuando lo has tenido al lado has dicho, ostia este es muy bueno?

Diego Castro es muy bueno. Ya lo sabí­a antes pero Diego Castro es espectacular. A la selección en otro momento hubiese ido seguro porque no pierde un balón, si había problemas se la podíamos dar a él porque no la va a perder. A mí me sorprendió muchísimo.

Es sabido en la zona tu amor por De Guzmán (Mallorca). ¿A qué se debe ese amor a primera vista? ¿Os conocíais?

No, de nada si es de Canadá. Le vi 4-5 partidos y uff ¡vaya jugadorazo! Yo cuando me gusta un jugador suelo ver sus partidos para aprender. Me parece espectacular porque aparte de ofensivamente ser buení­simo, defensivamente trabaja, mete goles…

Contra el Mallorca lo paraste bien…

Con un par de patadas (risas)

Aparte de De Guzmán, ¿Qué jugadores te gustan de Primera?

Verdú y Banega. Pero mi jugador favorito es De Guzmán.

Habéis cambiado de sistema varias veces. ¿En qué posición te sientes más cómodo por delante de la defensa o por detrás de los delanteros?

Me gusta jugar detrás. De mediapunta me gusta jugar, pero mejor en el medio con dos, con uno tienes que trabajar muchí­simo. Me encanta jugar, así­ que donde me pongas.

¿Al lado de un futbolista de Eguren se está más cómodo?

Se pasa el partido corrigiéndote y haciéndote ver que igual no tienes que hacer esa cosa. Primero un par de gritos, luego te lo explica y muy bien. Eso me ayuda mucho porque aparte de compenetrarnos mejor, me ayuda a evolucionar. Es internacional, campeón de la Copa América y quedó cuarto en el Mundial y evidentemente le hago caso en todo lo que me dice.

Lo de protestar se te ha pegado…

Yo siempre protesto mucho (risas).

LA INTRAHISTORIA DE LA ENTREVISTA A NACHO CASES

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